La caligrafía engancha. Está demostrado. Yo probé por necesidad, para ofrecer un servicio más en Tiradepapel, una personalización en los libros cuidada y diferente. Comencé con un curso de brush lettering con Alberto Carnero y aquello me empezó a gustar mucho.

Fue justo en ese momento cuando se inició el enganche, al principio con los rotuladores, luego quise probar con plumillas, viendo vídeos y leyendo artículos, y después me enteré de unas jornadas que impartía Oriol Miró. Me apunté. Consistía en un curso de caligrafía itálica con plumilla y quería afianzar conocimientos y ver si lo que había aprendido hasta ese momento por mi cuenta iba por el buen camino.

He de confesar que no conocía mucho a Oriol Miró, básicamente lo que había bicheado por internet viendo algunos trabajos suyos y de otros como Iván Castro o Passalacqua. Ahora, tras conocerlo de primera mano, tengo que decir que he descubierto a uno de los grandes maestros de la caligrafía. Sus trabajos son espectaculares y tuvimos la oportunidad de que él mismo nos los enseñara y nos explicara cómo y por qué los hizo. Creo que disfrutamos todos muchísimo. Sobre todo con su cuaderno de bocetos. Una maravilla.

No eran las mejores fechas para mí y, sin embargo, el curso me encantó, aprendí muchísimo de caligrafía, un poco de evolución de la letra, actitud ante un trabajo, maneras de encarar un encargo y muchos trucos prácticos. Pero sobre todo aprendí que hay que tener mucha paciencia. La caligrafía es algo tranquilo y pausado, una forma de desconexión. Es una tarea que no se puede hacer acelerada o nerviosa… Bueno, a lo mejor empiezas así, pero poco a poco vas relajándote y perfeccionando el trazo.

También me quedó muy claro que la caligrafía es práctica y más práctica. Oriol lleva 20 años en el oficio, por lo que a mí aún me quedan unos diecinueve… Eso sí, intentaré practicar todos los días un ratito.

Os dejo una foto de mi modesta caligrafía itálica. Para disfrutar de los trabajos de Orio Miró, podéis visitar su web.